miércoles, 1 de abril de 2015

¿Cómo?



¿Cómo?
¿Cómo enfrentarse a la oscuridad sin haberla penetrado alguna vez?
¿Cómo escribir en el cuerpo vidas que nunca llegan a serlo?
¿Cómo fundir la voz con el crujir de las hojas, con el sonido de las llamas de un árbol ardiendo, con las ondas que produce una gota que cae en un charco oculto en alguna caverna animal?
¿Cómo romper la piel que aleja al alma de su afección?
¿Cómo encontrar reunión entre la fuerza con la que corre la sangre por las venas y la lluvia que cae en una noche de invierno?
¿Cómo sentir el compás que marca el corazón en ritmo con las vibraciones de un huracán?
¿Cómo elevar el alma al juego de la vida?
¿Cómo reencontrar el camino a la caverna, a la antorcha que pálidamente alumbra los caminos del ensueño? ¿Cómo reanudar la viva canción oculta detrás de cada grito de dolor salvaje de todas las bestias del mundo? ¿Cómo conducir el rumbo hacia la expresión vital, a la dolorosa luz del mediodía y a la cálida y aterradora nocturnidad de la noche?
¿Cómo encontrar un respiro dentro de la tragedia?
¿Cómo hacer de la tragedia una afirmación?
¿Cómo fundir las almas del mundo para que en su realización se produzca el momento nupcial de los hombres con el cosmos?
¿Cómo arrojar el ser para que ahí donde la ley nos toque, afirmarla?

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