viernes, 2 de octubre de 2015

Viento primaveral 6

Me preguntas
pero tú misma
quisiste que
no te entregara mi amor.

Y lo que siento,
cuando ya la cordillera,
no se ve,
y la noche,
de nuevo ha tocado
con su oscuridad,
todo lugar.

Ha tocado mi corazón
hundido en la pena,
cada vez que te huelo, que te veo
una angustia profunda aparece en mi vientre,
es la sinceridad del amor.

No te odio,
aunque debería.
Te amo,
como nunca había amado.

Y no te preocupes
por lo que mi boca promulga
porque es producto de la sinceridad instantánea,
del sucedáneo del alcohol.

Viento primaveral 5

Olvida
mi olvido,
mi deseo de borrar-te.

Eres más bella de lo que mis recuerdos
pueden crear,
eres todo eso que no tengo:
ternura, pasión, amor.

Cómo te explico
que no puedo,
no puedo,
no puedo,
no puedo,
estar sin siquiera mirarte.

Tus ojos son una adicción
son estrellas fugaces
entre mis sueños.

No lo valoras.

Disculpa lo sincero.

Ya no te quiero amar,
pero esto supera
mi voluntad.

Eres pequeña,
aún,
para entender
que quizás lo que
pasa por mis venas
es más fuerte de lo que imaginas.

Recorres la realidad con tanta elegancia,
con tanta indiferencia
que me hace desearte
aún más
quisiera ser ese fuego que te trae a lo
cruel
que te acerca a lo finito,
que te dice
que eres
solo una criatura sufriente,
que estás
pronta a morir,
que solo estás perdiendo el tiempo.

Si quieres piérdelo.

La vida es solo un segundo...
escaso,
ínfimo,
sublime
y doliente....

Viento primaveral 4

Veo la cordillera al frente mio
y una nube gris se posa en su fente
avanzando, moviéndose lentamente
como a veces mis ojos lo hacen con tu figura.

El viento ingresa por mi ventana,
"no pretendo hacer poesía",
piensa mi mente,
y la brisa es tan sutil como tus manos.

Los ladridos de un perro
son noticia de la realidad
pero mi fuego interior
está desgarrado, como la carne de un cadáver fresco.

Primera vez que escribo
con la claridad de la tarde,
y no con la complicidad de la noche;
es un día especial.

Sí, me he cansado
me he cansado de esperar;
lo que nutre mis poros
es la desesperanza, la fría desesperanza.

Y si me canso no es porque
no te amo,
es porque mi ser
no es necesario en tu existencia,
es más bien un borde
que solo suele ser tocado como por casualidad,
como por error.

Sí, escribo distinto
y es porque
he caido en la tentación del olvido
en el alcohol seductor, en el cáliz de la anestesia.

Querías que te olvide?
Es enfermedad la rapidez de la sangre en mis venas?
Es error mi inquieta desesperación?
Pues ahora está en proceso de "sanación"
como dicent todos, hasta tú:
amarte es un error.

Oye,
la sal mojada del vaso que está en mi mano
es como la del valle del Elqui,
del ELLLLLQUI.

Oye, han pasado unos minutos,
y la cordillera que yacía muerta y poco colorida,
ahora es media amarillenta,
es media viva, es media compañera, media cómplice,
antes se veía más lejos,
ahora, con el sol reflejándose en sus hielos,
se ve más cálida, más cercana.

Por qué no te decides a desaparecerme?
Si en verdad soy solo recuerdos,
soy una copa de la cual no quieres beber,
quédate en tu incierto amar.

Ya, no te queda nada más de mí
que tus famosos recuerdos
y una que otra palabra burocrática
lanzada como se lanza un respiro al aire.

Ya,
no soy nada
para ti
he dejado de vivir junto a ti.

Eres libre.

Puedes huir ante los fuegos venideros,
mucho mejores tal vez.

Pero dudo,
y lo dudo en demasía,
que encuentres
amor más intenso
que el que se instala en mi ser.

Y algún día,
seré anhelo,
en tu confusión.

No solo recuerdo.

Anhelo.

Amor infinito.

jueves, 1 de octubre de 2015

Viento primaveral 3

A ver:
truenos,
lluvia,
viento,
granizos,
rayos,
relámpagos?

Primavera.

Tú.

Como recuerdo.

Como fantasma.

Como estela de estrella fugaz.

Los pasillos de los edificios grises
son raros como testigos
de mi caminar.

Es un caminar sobre un mundo irreal,
todos los días es así:
toco la superficie de la vida.

Tú.

Otra vez.

Como a cada instante.

Al despertar
en lucidez,
al acostarme,
al dormir
y en sueños.

Tú.

Y no te veo en la vida
es como si
fueras
un sueño
que
nunca existió.

Siempre estuve soñando.

La realidad eran truenos, lluvia, viento, granizos, rayos, relámpagos.
La realidad era otra.

No tú.

Viento primaveral 2

Noche,
agitaciones del cuerpo
fulgurado por el movimiento y el sudor.
Dolor en el pecho,
angustia y,
de pronto
se ve:

Azul
nubes
frío
viento,
mucho viento.

Azul, otra vez
nubes, otra vez
frío, otra vez
viento, otra vez
mucho viento, otra vez.

Azul y fuego
y el mar azotando las costas
de una playa imaginada.
Nubes y el cielo
pintado como con un algodón
entintado con colores sombríos.
Frío y erizando
la piel, mi piel,
hecha frágil por la desgarradura del corazón.
Viento y el horizonte
mira dentro de mi
con su afilada eternidad.
Mucho viento y mira
otra vez, agita la memoria
contra el movimiento danzante de lo que vuela.

El azul oscuro oculta
las nubes ocultan
el frío oculta
el viento oculta
y vuelve a ocultar algo que no se sospecha
en la ingenuidad de mi estado.

Los granos de arena susurran
las piedras susurran
el agua susurra
y la luna susurra...

No sé,
digo,
no sé qué se oculta
tras la imagen
de la naturaleza triste y melancólica.

Y de pronto,
comienzo a entender
y cuando cierro los ojos,
o cuando me doy cuenta que están ya cerrados,
comienzo a ver
a ver sin ojos.

Qué se oculta
qué susurra
qué veo.

Son mis sueños de medianoche
los que ocultan
los que susurran
y los que me muestran:

Tus ojos