miércoles, 3 de agosto de 2016

...

El agua corría en aquellos instantes
y se hacía torrente
entre los ojos y las palabras
del viejo sabio

Eran el soplido del viento
que espanta las nubes del cielo
y deja ver las asustadas estrellas
que están ahí, mirándonos temerosas
a cada segundo de nuestro miserable pasar

Pero las brisas seguirán surcando la vida
a pesar de la lejanía
la voz del canto eterno
estará latiendo como un corazón invisible,
haciéndole un guiño a los locos y amantes

Y la nostalgia quedará
como un error que no se quiere confesar
guardada para sí,
hecha figura sagrada
para algún día
cuando venza la locura,
alzarse ante la apacible e ilusa muerte de los muertos

Pero el silencio
tendrá su sitio privilegiado
y las cosas serán nombradas por lo que son
y la muerte ya no dirá más nada
y la ausencia no será más que un paso
porque se seguirá oyendo
contra todo y todos
los que resguardan la palabra absurda
y denigran el movimiento sutil de las hojas en primavera
y se hacen banquete con la sangre de los animales de carga

Y aunque no se pueda interceptar
el mensaje seguirá llegando
a cada rincón...
Puedo oir el sonido en mi corazón...

Puedo oir su sonido en mi corazón...