domingo, 7 de junio de 2015

Una luz que oscurece



Las luces encandilan
a su vez que invitan
a la libertad suprema
y eternamente peligrosa.

No son luces cegadoras
sino más bien aperturantes,
son llaves finas
que abren portales cósmicos.

Son hermanas de la oscuridad
porque no encarcelan lo misterioso
no le quitan el brillo
a lo sublime y oculto.

Son luces oscuras
eternas compañeras de la noche
reveladoras de secretos
de lo presente que se ausenta.

Son voces sin lenguaje
son habla sin palabras
son música sin intérprete
son canto sin cantante.

La belleza comparece
entre el día y la noche,
danza en su eternidad
y cambia de forma.

La noche no es la ausencia de luz
sino que la presencia de la luz en arrojo,
el día no es la ausencia de oscuridad
sino que la presencia de la oscuridad en ocultamiento.

Luz y sombra
son parte del mismo acorde
que resuena
en la interioridad del cosmos.

Y la luz ocultará
todo lo que arriesga
y la oscuridad revelará
todo lo que salva.

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